El adiós a Francisco "Paco" De la Cruz, un gran físico argentino
Era miembro de la Academia Nacional de Ciencias y la de Estados Unidos
Por Jorge L. Seghezzo
Compartir:
Nos dejó Francisco "Paco" de la Cruz. Físico argentino nacido en España, que estudió en el Instituto Balseiro, se doctoró, e hizo su postdoc en la Universidad Brown en USA. Volvió a la Argentina muy poco después y levantó desde cero el Laboratorio de Bajas Temperaturas del Centro Atómico Bariloche de la CNEA, acompañado por su mujer, María Elena Porta, también física del Balseiro.
Fue multipremiado. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias y la de USA. Científico brillante y persona querible.
Quiero recordarlo por lo humano. Científico de primer nivel, preocupado por la ciencia en nuestro país, con una visión ideológica y política que no era fácil compartir, pero de una honestidad intelectual que permitía disentir o acordar respetuosamente. Humanista. En la época de la dictadura y en particular durante la guerra de Malvinas estaba muy preocupado por las vidas, la situación de país y los Derechos Humanos.
Cuando fui a su Laboratorio, a finales de los 70, enviado por el INTI a iniciar un trabajo en colaboración, me recibió como si yo fuese un prestigioso investigador extranjero. Sólo era alguien que iba a aprender con él. Me ofreció una pequeña oficina, al lado de la de él e idéntica. Durante una semana dedicó todo el tiempo posible a contarme los trabajos en curso, la base teórica que yo necesitaba manejar, y a mostrarme el Laboratorio, explicándome cada instrumento de todos los muchos que había ideado y construido con su equipo. Yo tenía como objetivo replicar, en escala mucho más pequeña, buena parte, en mi laboratorio.
Dos años después, durante una estadía mucho más larga, me habían alojado en el pabellón de investigadores visitantes. El grupo barilochense hacía tiempo que estaba trabajando, yo había estado en la vorágine los últimos 40 días. Se había decidido que un martes haríamos las primeras mediciones. Había que ajustar el funcionamiento del conjunto de equipos criogénicos, eléctricos y electrónicos para hacer unas mediciones de ciertas propiedades de un material, para lo cual era necesario disponer de alto vacío, a 269 °C bajo cero, y en un campo magnético extremadamente alto (nunca logrado en América Latina para esa época). Viernes y sábado trabajamos hasta las 11 de la noche en el laboratorio. El domingo, cuando llegué para seguir a las 9 de la mañana, ya estaba Paco montando parte del equipo, María Elena también, en otro laboratorio. Le dije "¡Paco!, ¿a esta hora?", y me contestó "hay que hacerlo, mañana medimos, en un rato voy a festejar nuestro aniversario con mi mujer"... A la noche volvió. Así era Paco. Todo el lunes se trabajó y en las primeras horas del martes pudimos medir lo buscado. Éramos siete u ocho, cansados pero exultantes a las 4 de la madrugada. Festejó, y festejamos aplaudiendo. Abrazando, y gritando...
Siempre me acompañó. Siempre me enseñó desde ningún pedestal. No era falsamente humilde. Tenía la sencillez de los grandes. Querible.
¡Chau, querido Paco! ¡Ojalá haya más como vos!
Jorge L. Seghezzo fue vicepresidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Los años 80, conocidos en Occidente como la “década perdida”, fueron en la Argentina, también, los años de la transición. Las ansias de libertad en todos los órdenes de la vida pública convivieron, no obstante, con la lucha gubernamental contra la inflación. Una batalla que resultó infructuosa.