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“La cocina de la política económica argentina”: el nuevo libro del economista que más escucha Javier Milei

La publicación de Sudamericana es un diálogo entre los economistas Juan Carlos de Pablo y Ezequiel Burgo, también periodista, con foco en el período que va desde el gobierno de Arturo Frondizi a la actualidad. Extracto sobre los primeros meses del gobierno libertario

“La cocina de la política económica argentina, de Frondizi a Milei” es el nuevo libro del economista que más escucha por estos días Javier Milei, Juan Carlos de Pablo.

Ambos se consideran amigos y comparten cenas en la Quinta de Olivos, aunque De Pablo nunca hace referencia directa a lo que se habla en esos encuentros. Milei suele hacer menciones públicas sobre el economista, a quien llama “profe”.

“No hay que ser graduado en economía para entender el texto. Su valor consiste en resaltar la descripción y el análisis de la ‘cocina’ de la política económica argentina, encarada en escenarios internacionales y contextos políticos específicos. Lo cual incluye, de manera protagónica, el proceso decisorio que llevaron adelante las autoridades políticas y los equipos económicos de los diferentes gobiernos”, escribió De Pablo en el prólogo.

La obra –que publicó Sudamericana– es un diálogo entre De Pablo y Ezequiel Burgo, economista y editor del diario Clarín. A continuación, un fragmento de la parte final del libro en el que se abordan los primeros meses de la gestión Milei.

La economía de Milei: 100 días

EB: El 10 de diciembre de 2023 asumió Javier Milei como presidente. En tu libro Bodas de oro profesionales, publicado en 2014, citaste a Milei en un listado largo de colegas con los que, según vos, desarrollaste una amistad. De él contaste: “Comenzamos a hablar a propósito de la obra de Miguel Sidrauski. Fogoso, muy trabajador, en los últimos años es el colega con el que almuerzo con mayor frecuencia”. ¿Cómo lo ves?

JCDP: Lo primero que tenemos que hacer, Ezequiel, es fechar esta conversación. Estamos hablando a fines de marzo de 2024, y estas páginas serán leídas, en el mejor de los casos, en junio. Te imaginarás nuestra audacia para hablar de algo que saldrá impreso en tres meses, así que pedimos caridad, porque esto es la Argentina. Uno tiene para decir varias cosas. Primero, la Argentina tiene un régimen presidencialista. Si no lo asesinan, si no se infarta, si no renuncia o si no le hacen juicio político, Milei será el presidente hasta el 10 de diciembre de 2027. Y esencialmente tendrá un gran test en octubre de 2025. Lo demás no debería tener mucha importancia. Segundo, la experiencia me dice que los estilos no se cambian. La gente sabe que soy amigo de Milei y me aconseja: “Escuchame, Juan Carlos, cuando lo veas, ¿por qué no le decís que se calme?”. Y yo respondo: “Y vos decime que yo use corbata. Te gusta perder el tiempo”. No cambiará el estilo, pero sí aceptará modificaciones o puntos de vista diferentes, siempre dentro de sus formas. No lo veo ni loco ni idiota como para no hacerlo. Tercero, en el arranque de su presidencia, Milei usó a su favor el hecho de ser un fenómeno mundial. Levantó el teléfono y habló con el que quiso. ¿Para qué le sirvió? Para posicionar a la Argentina en un mundo que tiene un despelote fenomenal. Hace unos años una pandemia, luego la invasión de Rusia a Ucrania, el conflicto en Gaza y así. Repito, el mundo actual es muy incierto.

EB: Es el primer presidente argentino con el título de licenciado en Economía. Su ministro de Economía es Luis Caputo, que había sido ministro de Finanzas con Mauricio Macri y más tarde presidente del Banco Central. ¿Qué podemos decir?

JCDP: Arrancó con una recesión y bajando la inflación. La política económica lanzada es absolutamente simple y brutal, porque no tiene muchas herramientas. No hay plata. La diferencia entre no hay plata y hay un poquito de plata es categórica.

EB: Es como la diferencia entre 0 y 1… abismal.

JCDP: Claro. Cuando vos decís “no hay plata”, una vez que se convence, la gente no pide más dinero. Pero cuando decís “hay plata”, vas a ver que se anotan rápidamente todos. Desde ese punto de vista, que la Argentina consiga dinero fresco del FMI o del gobierno estadounidense va a ser un problema. Es difícil sostener esa presión aun cuando el presidente de la nación asegure y jure que la plata “no es para gastar”. Es muy complicado.

EB: ¿Qué te preocupa de la orientación de las primeras medidas?

JCDP: Me gusta decir que en la Argentina las cosas son fluidas. Pero si el país se vuelve medianamente creíble y se genera una suerte de enfermedad neerlandesa, eso no es bueno…

EB: Expliquemos a nuestros lectores que se llama así a un efecto pernicioso para un país cuando ingresan muchos capitales y aprecian el tipo de cambio. Sucedió en los Países Bajos en los años sesenta. Es por eso que, en la Argentina, siempre que el dólar queda atrasado respecto del resto de los precios se dice que puede haber un salto cambiario. Lo hemos visto a lo largo de la historia, con Martínez de Hoz, la convertibilidad y así.

JCDP: Tomar decisiones sobre que viene un salto devaluatorio no me parece razonable. Pero sí es verdad que el atraso del dólar genera un problema, el del costo argentino y el aumento del producto local frente a todo lo importado.

EB: ¿Qué implicancias tiene este problema para el hacedor de política económica?

JCDP: Dos. Primero, a los ojos del gobierno, este problema siempre parece que no fuera urgente, y cuando no es mundo dijimos que hubo presidentes economistas, como Valéry Giscard d’Estaing, Harold Wilson y varios de origen peruano. Sin embargo, si ves la historia de quienes han sido grandes presidentes, es muy difícil saberlo a priori, y menos por su formación. Tiene un componente de interrogante fenomenal qué atributo previo sube las chances de que tu presidencia sea mejor. Pero, volviendo a Caputo, creo que el respaldo presidencial para una gestión que tiene como objetivo un ajuste fiscal duro es importantísimo. Antonio Cafiero me decía que la única razón por la que un gobernador va a ver a un ministro de Economía es para pedirle plata. Y la única palabra que tiene a mano el ministro es “no”. Entonces, es muy importante tener al presidente detrás, porque el gobernador siempre puede decirle al ministro: “Che, ¿a vos quién te eligió? Porque a mí me votó la gente”.

EB: En la campaña, Milei prometió dolarizar, cerrar el Banco Central y quitar el cepo de un día para el otro. Hasta hoy, eso no pasó. ¿Te sorprende que se haya demorado?

JCDP: No. Las cosas en política económica se hacen lo antes posible, y además, nada de eso creo sea prioritario. La política económica implica prioridades.

EB: Pero ¿qué te dice de él que no las haya hecho?


JCDP: Que, simplemente, en algunas de ellas no tiene apuro. Cuando escucho decir que hay que quitar el cepo, divido entre los abstractos y aquellos interesados en sacar plata del país, antes que en entrarla. A mí no me digan que un tipo que quiere poner una fábrica de dulce de leche en la Argentina está esperando a que se quite el cepo para instalarse. Es una pavada. El gerente financiero de la filial argentina de una multinacional sí debe estar desesperado por girar dólares, luego de cuatro años en los que no pudo disponer de esos fondos.

EB: ¿Haber hecho campaña diciendo que cerraría el Banco Central o dolarizaría es un ejemplo de que si Milei decía otra cosa no ganaba?

JCDP: Creo que está cumpliendo bastante con lo que dijo, y desde ese punto de vista es raro. Y, en todo caso, puede decir: “Mire con lo que me encontré”. Ahora, también es importante saber otra cosa. Si dijiste algo en la campaña y eso ya no tiene más que ver con la realidad, y te volvés esclavo de lo que dijiste, entonces sos parte del problema. La realidad es tan dramática y cruenta que no podés decir: “Porque como alguna vez dije o prometí…”

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